El turismo rompió récords en 2019: llegaron 4’515.932 visitantes no residentes, la ocupación hotelera alcanzó el 57,8 % y los ingresos nominales de las agencias de viajes crecieron 3,7 %, según el Ministerio de Comercio. Un desempeño que generaba confianza en los cientos de proyectos de construcción, residenciales y no residenciales, ubicados en las zonas turísticas del país. Pero el COVID-19 cambió el panorama, lo que ha obligado a los constructores de estas zonas a adaptarse a esta emergencia y estudiar nuevos modelos para atender las necesidades que surgirán después de la pandemia.
Cuando se habla de construcción en zonas turísticas, la principal referencia y termómetro es Cartagena. Según Camacol Bolívar, en la ciudad hay 122 proyectos de construcción, que generan 9.620 empleos. Se destacan iniciativas como la de Serena del Mar o la del hotel Four Seasons, que abrirá en Getsemaní. Aunque la mayoría de las obras se han logrado reactivar por medio de protocolos de bioseguridad, las ventas y el resto de operaciones han tenido que adaptarse.
Andrés García, gerente comercial de Prodesa —uno de los desarrolladores de Serena del Mar—, explica que “tanto en las zonas turísticas como en el resto del país, estamos cambiando la forma de interactuar con nuestros clientes y compradores. Pensamos en soluciones digitales que les permiten realizar trámites y firmas por medios digitales, habilitamos en la página web el acceso a botones PSE para pagos, tenemos tours 360° de nuestros apartamentos (con realidad virtual), ofrecemos a través de salas virtuales todo el acompañamiento en el proceso de selección y compra de la vivienda desde la comodidad del hogar”.
Por su parte, Roberto Moreno, presidente de Amarilo —constructora que tiene proyectos en Cartagena, Barranquilla, Ricaurte e Ibagué—, explica: “En cuanto a nuestro proceso de ventas, hemos venido entrando en una transformación digital desde antes de esta coyuntura. Contamos con una plataforma implementada en nuestras salas de ventas, que nos permite realizar una conectividad de manera remota y atender a nuestros clientes con las mismas herramientas y nivel de experiencia. Desde un aspecto operativo, a través de alianzas con fiduciarias, hemos podido llevar a cabo el 100 % del proceso de legalización a través de herramientas digitales, facilitando los procesos a los clientes y logrando que la totalidad del proceso de compra se haga en línea”.