El efecto de la construcción en la reactivación económica

El Gobierno viene promoviendo una serie de políticas y programas para incentivar el desarrollo de obras de infraestructura y proyectos de vivienda. ¿Qué tanto pueden aportarle estas al PIB? ¿Realmente pueden generar un efecto diferencial?
A mediados de 2018 el sector de la infraestructura ganó tal importancia que comenzó a hablarse de él como “el motor de la economía”. En sus mejores épocas mostró crecimientos trimestrales por encima de 14 % (abril-junio de 2019) y hasta el primer trimestre de este año tuvo un comportamiento destacable (10 %) respecto a dos años atrás (-6,5 %). Sin embargo, el impacto de la pandemia provocó que el Producto Interno Bruto (PIB) de este subsector de cayera 18,8 % el segundo trimestre de 2020. El gobierno busca ahora inyectarle dinamismo para impulsar las cuentas nacionales de la mano de este sector.
Así lo mostró la ministra de Transporte, Ángela María Orozco, durante el seminario titulado El papel de la infraestructura en la recuperación de Colombia, del Centro de Estudios Económicos, Anif. “Es evidente que la inversión en infraestructura de transporte tiene un efecto dominó sobre la productividad, abaratando costos de desplazamiento y productos y conectando a los colombianos de manera más ágil”, dijo la titular de la cartera.
De acuerdo con la funcionaria, las obras civiles fueron una de las categorías que más aportó al PIB del año pasado, sin embargo, esta dinámica se vio suspendida cuando el COVID-19 obligó a suspender la mayor parte de los proyectos en curso. Conscientes de ello el Gobierno permitió que fuera de las primeras actividades en retomar su dinámica a finales de abril. “Para septiembre habíamos logrado reactivar todos los contratos vigentes a febrero, fuimos un ejemplo de resiliencia, seguridad en las actividades y adaptación al cambio”, dijo Orozco.